Este viaje comenzó cuando me sumé como voluntario para diseñar en el primer evento de
ETH Latam en Buenos Aires, allá por 2022. Luego vino ETH Latam Bogotá y, casi sin respiro, Devcon. A partir de ahí, todo fue a mil por hora. En ese torbellino de trabajo y nuevas oportunidades, nació la idea de lo que luego llamamos
ETH Kipu. Aunque ya conocía a muchas de las personas con las que comparto este camino desde hace varios años, sentí una responsabilidad enorme en mis manos. Me impulsó a crecer profesionalmente, sabiendo que me estaban convocando para algo que venía de algo tan grande como ETH Latam. Y el piso, claramente, era ese. De ahí en adelante, todo iba a ser aún más grande.
Entendía perfectamente que lo que estábamos a punto de crear no era solo un proyecto más. Era algo que iba a tocar a muchas personas, con una misión enfocada en lo
educativo y con un corazón impulsado por los principios de
public goods,
open source y acceso gratuito para todos. Esos ideales me motivaron profundamente, porque reflejan lo que valoro y lo que soy. Nací en los 90s en Argentina, de una familia laburante, con una madre docente. Estudié en la universidad pública, aunque no terminé la carrera. Mi vida profesional ha estado marcada por la inestabilidad económica, la inflación y políticas impositivas absurdas, como les ha pasado a tantos otros en nuestro país.
Descubrir herramientas y habilidades que me permitieron desenvolverme en esta industria fue un cambio radical para mí. Mi vida mejoró, y también la de mi familia. Ahora, quiero que esa misma transformación que experimenté llegue a tantas personas como sea posible.
PD: Sí, la intro es de Los Redondos. Y sí, hay muchas más canciones que me acompañaron en cada uno de los momentos clave de este viaje.
Desde el inicio, tuve claro que quería que la identidad de
ETH Kipu fomentara una
conexión profunda entre personas. Vivimos en un mundo cada vez más hostil, y en América Latina en particular, la realidad no es fácil. Los países que habitamos no son los más pacíficos ni los de mayor estabilidad económica. Entonces, lo que quería lograr con la identidad de ETH Kipu era que
fuéramos percibidos como alguien cercano, alguien en quien confiar.
Nuestra identidad está basada en el altruismo, pensando no solo en nosotros, sino también en quienes vendrán después. Uno de nuestros grandes logros ha sido llevar nuestra visión y los valores de Ethereum a las nuevas generaciones. A esos jóvenes que aún están en el colegio, con la intención de ofrecerles herramientas, conocimientos y valores que les permitan construir nuevas realidades. Si bien nuestro proyecto está basado en tecnología blockchain,
nuestro verdadero enfoque es educar para que la tecnología sea una herramienta que genere impacto positivo en la vida de las personas.
Quería que nuestra identidad hablara de empatía, de considerar el contexto del otro, de construir juntos algo que perdure. La tecnología es solo un medio; lo que realmente importa es el impacto que genera en las personas.
Cuando llegó el momento de definir la paleta de colores para
ETH Kipu, busqué una conexión tanto con
Ethereum como con la esencia de nuestra tierra. Partí de la paleta usada en la ilustración principal de
ethereum.org, que nos da una visión de cómo debería verse este "jardín infinito" del que tanto se habla en la comunidad.
A partir de ahí, comencé a buscar colores que evocaran los paisajes, las comidas y los tejidos típicos de América Latina. Los tonos de la tierra, los verdes profundos de las selvas, los rojos y amarillos vivos de nuestras frutas y flores, los violetas de las papas y el maíz de Perú... Cada color que elegí tiene un significado:
el ocre de las tierras áridas, el verde de nuestras selvas, los colores brillantes de nuestras tradiciones.
La intención con el logo siempre ha sido que las personas de América Latina se sientan representadas. Quería que todos compartiéramos un lenguaje visual común. En esta búsqueda, me inspiré en el arte del
tejido de palma caranday, una tradición artesanal del norte de Córdoba. Este tejido, que se rigidiza al crear nodos, simboliza perfectamente lo que queremos construir en ETH Kipu: una estructura orgánica que, cuando se interviene, se convierte en algo sólido y duradero.
Además, las
pinturas rupestres del Cerro Colorado me dieron otro pilar visual: un lenguaje de líneas rectas y curvas que representan dinamismo y conexión, una referencia clara a los primeros intentos de comunicación humana que trascienden el presente.
Este camino ha sido compartido con personas increíbles, y siempre estaré agradecido por la confianza que depositaron en mí para llevar esta tarea adelante. ETH Kipu no es solo un proyecto; es una parte fundamental de la transformación que quiero ver en el mundo, y me siento honrado de ser parte de esto.
Loco Pacha